jueves, 29 de agosto de 2013

Memoria



Me la ví en francés. 
Ni en azul, ni en rojo, en francés. Y aunque mi francés es bastante malo, sorpresivamente entendí la película a grandes rasgos (a pesar que este no sea el meollo del asunto). Me enfocaré en lo único que me daba pistas certeras para sacarle provecho al contenido (consciente o inconsciente) de la película: el azul.

Empecemos con un ejemplo. La luz ligeramente fría o claramente azulosa alumbra su cara por la mitad, justo enseguida un corte de más o menos 5 segundos, para pasar al mismo encuadre con una iluminación diferente mucho más cálida. Un pequeño instante que se repite a lo largo de la película. Una ojeada rápida hacia el pasado sugerida por el corte de cinco segundos, que enfatiza además el carácter temporal de ese recuerdo. Me devuelvo. Mirada perdida de la protagonista. Luz azulosa. la escena se disuelve en un vacío en negro de cinco segundos. Aparece de nuevo el mismo encuadre pero con un cambio sustancial de iluminación. Nuevo enfoque en la mirada de la chica. Un lapsus mental, a todos nos pasa. 

Otro ejemplo. La chica entra al cuarto decorado todo de azul, se acerca lentamente hacia un móvil de piedritas azules de distintos tonos, lo mira por un tiempo, se aferra a varias de sus piezas y las arranca con fuerza. Más adelante, el mismo móvil aparece en el nuevo hogar de la protagonista, su vecina (la de dudosa reputación) va directamente a la habitación donde el móvil se encuentra, al observarlo toca sus piedritas y comenta sobre un objeto parecido que tuvo en su infancia. 

Tenemos entonces como resultado la conexión entre el color azul y la memoria,  no solo en el caso de la protagonista: el statement toma fuerza con todas las veces en las que aparece el color azul como parte importante de la composición de las imágenes, como si el director nos hablara directamente diciéndonos "recuerden, están viendo 'Azul'". 

Ahora bien, me interesa el carácter temporal de la memoria que se enfatiza en los diversos cortes de la película. Me recuerda principalmente a Krishnamurti hablando sobre el estado dual del pensamiento. A grandes rasgos, es algo parecido a esto. Por definición, La memoria está ligada al tiempo. El pensamiento deviene de la memoria porque está basado en la experiencia que se ha tenido en el pasado, por lo que, el acto del pensar es el movimiento que la mente hace desde la memoria (el pasado) hasta el presente. Para que haya movimiento, es necesaria la existencia de dos puntos diferentes (pasado y presente) y una mente que esté constantemente fluctuando entre estos dos puntos. De modo que, en términos generales el acto de pensar es un movimiento dual. Esto tiene que ver con la película porque es bastante pertinente la decisión de enfatizar el carácter temporal de la memoria. Además, considero que no es casual que en esos momentos en los que la protagonista se pierde en los recuerdos, la luz fría utilizada ilumina solo la mitad de su rostro. Pero bueno, esto es solo una hipótesis. 

Teniendo en mente esa relación azul-memoria-dualidad hay otro factor que acerca esa dualidad más hacia el campo de la melancolía. Otro ejemplo; minuto 46. La chica se sumerge en la piscina. una luz dura y claramente azul, llena toda la escena, realzando el azul del agua. Nada hasta el borde de la piscina y trata de salir. Apenas su cabeza sale del agua y sus brazos se apoyan sobre el borde, ya justo para alzar las piernas, un foco de luz cálida le pega en la cara. Se detiene en seco como si algo se lo hubiera impedido, mientras la música que acompaña la escena alcanza un momento de protagonismo (así bien dramático). Cierra los ojos y vuelve al agua lentamente quedándose sumergida. Recapitulemos un poco añadiendo la relación anteriormente dicha. El ser sumergido en el color azul (la memoria), en ese movimiento dual entre pasado y presente es incapaz de salir de ahí. Algo se lo impide (¿qué nos lo impide?) . Esa escena sí que es rara pero me pone a pensar en como nos comportamos a diario. Incapaces de dejar esos deseos por obtener cosas que teníamos en el pasado, queriendo que algo que nos pasó simplemente no hubiera sido o hubiera sido de otra manera, nos quedamos atrapados en el fango de nuestra propia memoria, envueltos en sentimientos duales (estoy bien y luego estoy mal) que rigen nuestra cotidianidad. (¿qué nos lo impide?) Y a pesar de que sabemos que ver el pasado con ojos melancólicos es un error, volvemos hacia el campo de la memoria una y otra vez, del mismo modo como la protagonista se rodeaba de azul. Chaquetas, pantalones azules, luces azules, carros azules, todo nuestro entendimiento acerca de las cosas está inundado de la memoria, de ese movimiento hacia el pasado que no nos deja ver las cosas con claridad al introducir el carácter subjetivo de nuestra propia experiencia. 






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