viernes, 25 de enero de 2013

ElperrosecomiómitareaSeñoritaSophie



ElperrosecomiómitareaSeñoritaSophie  





Hoy mentí de una manera absurda. “El perro se comió mi tarea señorita Sophie” le dije a la profesora en un intento desesperado por evadir la responsabilidad. Lo cierto, es que pasaron muchas cosas alrededor de esa frase, pero tranquilos, ya las sabrán todas más adelante.


Me desperté esa mañana con ganas del nuevo cereal de Melvin que habían estrenado la semana pasada, pero tenía que ser realista; padres ausentes, nevera vacía, hermano llorando y en definitiva una mañana más. Decidí no pensar en eso. Me arreglé como pude y ayudé a Tom con su uniforme, se hacía tarde y necesitaba más que un milagro para llegar temprano a clase. Salimos corriendo hacia la estación de bus, pero las energías resultaban deficientes cuando realmente las necesitaba pues en ese momento, disminuir la presencia de ese monstruo del hambre era imposible; era como si con cada paso me recordara con crueldad “aquí estoy” ”aquí estoy”. Intenté evadir ese pensamiento, escabulléndome en la idea de que tal vez el autobús ya había pasado, lo que hizo que avanzara con más rapidez y volviera inevitablemente a recordar la violencia con la que el hambre me atacaba en las mañanas, pero ese día no era normal. Para mi fortuna, el bus no había pasado aún por lo que me alegraba el hecho de poder llegar a clase medianamente temprano. “no más esa mirada de decepción de la profesora cuando entre al salón” pensé con regocijo al subirme al bus. De repente un pequeño detalle culminó la alegría de ese efímero instante: la tarea. Había olvidado completamente la tarea para la clase de la señorita Sophie! Me sentí avergonzado, no sabía si entrar a clase, pero ¿qué hacía con Tom? No podía dejarlo ahí e irme como si nada! mamá se enteraría seguramente..¿qué hacer? ¿qué hacer?- Pensaba angustiado mientras veía cómo el bus se iba acercando más a mi desafortunado destino: el eterno regaño de la señorita Sophie. Decidí inventar una mentira, era la opción más sana, por lo menos para mi (Un muy mal momento para una persona que le cuesta mentir). La presión era terrible, estaba muerto de nervios, y como se podrán imaginar me era bastante tortuoso encontrar una ficción no tan separada de lo real para explicar el porqué fallaba con la tarea de nuevo. - ¿tal vez el perro..? no, no muy de televisión.. ¿Gato? No, no tenemos gato, Tom me delataría con facilidad.. Piensa, piensa, piensa, Dios ¿porqué será tan complicado? La trituradora sí, sí eso es, la trituradora ¿qué carajos hacía yo usando la trituradora? Caray, nos acercamos.. ¿la abuela se murió? Y ahora mato a alguien inocente, ¿qué hacer?¿qué hacer? Agh! Ahora no falta Rick entregando su tarea con gran arrogancia, cómo lo odio.. no no concéntrate, hay una mentira que inventar!- y así entre parpadeos y mentiras ya me encontraba delante de la señorita Sophie. Preguntó por mi tarea, no le respondí. Alzó la voz repitiéndome la pregunta.
dsovbrukjsdbuiwrbwjkbfjsisbueifbsjkefbfekfsubrufjsffkfuusflueffbekjbfsjfbfjkfbsbuefjksbkbbfuefubesdsbjdbjsbviurbjjdjbdbfjdjbds. Mi mente estaba en blanco.– Dile algo, cualquier cosa, perro, televisión, gato, Tom, Trituradora, Dios ¿porqué será tan complicado?, Abuela muerta, inocente, Rick, Odio, tarea, televisión, Trituradora, perro, perro, trituradora, abuela, no, no, concéntrate..¿El perro trituró mi tarea? ¿Suena creíble verdad? Primero que todo ¿los perros trituran? - Salí corriendo dejando a la Señorita Sophie gritándome desde la puerta del salón. Una mañana más.





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La noche anterior, comí cereal antes de empezar a trabajar. Adoraba ese sabor de las estrellitas achocolatadas inmersas en ese mar de hojuelas de maíz del nuevo cereal de Melvin. Una vez comido, orgulloso me puse a terminar mi tarea para la clase de la señorita Sophie, de tal manera que al entregársela podría  reivindicar mi posición de alumno desjuiciado. Coloreé los animalitos y los ubiqué en una especie de maqueta con cosas que encontraba en mi casa, con el fin de entregar un trabajo digno del propósito que estaba decidido a cumplir. No hace falta contarles el tiempo que le metí a la tarea, pues decirles que trabajé para esa clase es más que suficiente para ilustrar mi cambio de actitud. En definitiva, terminé haciendo un trabajo digno de ser expuesto en una feria de la ciencia, o eso me dijo mi mamá al consentirme antes de dormir. A la mañana siguiente, me levanté con ganas del nuevo cereal de Melvin pero tenía que ser realista; ya me lo había acabado la noche anterior. Todo transcurrió de la mejor manera, mi mamá me cocinó un desayuno delicioso, me dio dinero para comer alguito en el descanso, mi papá nos dejó en la escuela a Tom y a mi, y mi hermosa tarea brillaba diciendo “mírame”. Iba a ser la sensación de la clase, eso lo tenía por seguro. Feliz, bajé del auto con mi tarea, seguido por Tom, quien a modo de guardaespalda gritó desesperadamente “Cuidado Billy!!!” mientras un halcón se acercaba rápidamente a robarme mi tarea. Corrí desesperadamente hacia la escuela, pero el halcón estaba bastante cerca y la escuela, bastante lejos. Como podrán imaginarse, el halcón se llevó mi tarea, despedazándola con sus garras mientras se alejaba. Vuhbjytfvjhv Eso definitivamente no era justo. Entre la rabia y la frustración, pasaba por mi cabeza la siguiente frase:

¿y ahora qué carajo le voy a decir a la señorita Sophie?

Dios, mañana una más.


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Esa noche, me disponía a destrozar a mi hermano en el nuevo juego de wii que mamá nos había regalado “SuperSmashBros Brawl”, era el juego que tanto había deseado para navidad y por fin tenía la oportunidad de jugarlo por primera vez. ¡PUM!¡PAM!¡POW! esto era genial. Me sentía extraordinariamente feliz, mi juego favorito, ganándole a mi hermano, no preocupaciones, no tarea, es temprano aún, todo conspiraba a mi favor. No me acuerdo cuántas horas pasamos jugando wii, el hecho es que cuando ya nos íbamos a acostar, fui a darle las buenas noches a mi mamá para culminar con broche de oro ese espectacular día. Todo iba perfectamente, cuando de repente mi mamá realizó su touché: ¿tareas jovencito? (poniendo esa cara que siempre pone cuando sabía que algo había olvidado). En efecto, eso me dejó en knockout, ¿era tan evidente que había olvidado la tarea para la clase de la señorita Sophie?. Ahora bien, visualicen mi panorama de aquella noche; 10 pm y yo no había ni empezado a hacer la tarea (una pequeña maqueta sobre un ecosistema marino) y para completar, no había comprado los materiales. Santa Pacha bendita, ¿cómo pude olvidar la tarea, de nuevo? Me preguntaba de mala gana al mismo tiempo que me dirigía a mi cuarto a hacer esa aburrida tarea. Mientras rebuscaba en la casa por algunos materiales útiles, mamá gallina apareció para cuidar a sus pollitos, y aunque, a decir verdad, intenté ayudarle en lo que necesitara, mamá me hizo todo el proyecto para que pudiera acostarme temprano. A la mañana siguiente, me levanté con ganas del nuevo cereal de Melvin pero tenía que ser realista; mamá no nos había levantado por quedarse dormida, por lo que ya se nos había hecho muy tarde y no había tiempo para el desayuno. A la carrera, me cepillé los dientes (caray, Que extraño era lavarse los dientes sin haberse llevado antes un buen bocado de comida!) cogí mis cosas y salí apresuradamente al carro de papá. Tranquilo por haber cumplido con el deber, me bajé del auto orgulloso por el trabajo de mamá. Iba a ser la sensación de la clase, eso lo tenía por seguro. Andábamos rápido hacia la entrada colegio, cuando de repente Tommy pegó un alarido tremendo mientras un halcón se acercaba rápidamente a robarme mi tarea. Corrí desesperadamente hacia la escuela, pero el halcón estaba bastante cerca y la escuela, bastante lejos. Como podrán imaginarse, el halcón se llevó mi tarea, despedazándola con sus garras mientras se alejaba. Vuhbjytfvjhv nadie iba a creerse tal suceso, por lo que entre la rabia y la frustración

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